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Indian Country

La caída continúa. Desilusión al final de un intento de revuelta contra la marginación, la discriminación y la privación de derechos

Wolfgang Mayr

Bolzano, 1. de agosto 2006

Innu en Labrador: condiciones de extrema pobreza. Innu en Labrador: condiciones de extrema pobreza.

El tiroteo en la reserva de Pine-Ridge de los Lacota en Dakota del Sur entre miembros del American Indian Movement (AIM) y funcionarios del FBI fue el principio del final del movimiento Red Power. La muerte de dos funcionarios del FBI y la detención de Leonard Peltier acabaron con el movimiento. Entretanto la inocencia de Peltier es discutida también por algunos sectores de las comunidades indígenas.

Paul DeMain, el editor del periódico indio "News from Indian Country" y seguidor de Peltier durante muchos años reprochó a Peltier haber sido el responsable del tiroteo de los dos agentes. DeMain y sus periodistas habían investigado las circunstancias de la muerte de Anna Mae Pictou-Aquash, una activista allegada a Peltier, que había sido asesinada en 1975. DeMain y sus periodistas interrogaron a docenas de personas y concluyeron de sus deposiciones que Pictou-Aquash fue muerta para encubrir la responsabilidad de Peltier en la muerte de los dos agentes. Acto seguido, en 2003 se acusó a dos miembros del AIM del secuestro y asesinato de Pictou-Aquash.

Leonard Peltier puso un pleito a DeMain por difamación. El proceso concluyó con un acuerdo: Peltier, que de manera explícita sólo estaba interesado en un esclaricimiento, renunció a una demanda de indemnización. En compensación DeMain se comprometió a hacer una declaración pública en la cual reconocía claramente que Peltier ni había tenido un proceso judicial correcto, ni estaba implicado en modo alguno en el asesinato de Pictou Aquash.

En los años 60 y 70, acciones como la ocupación de Alcatraz del Buró de Asuntos Indios (BIA) en Washington y de Wounded Knee en Dakota del Sur llamaron la atención pública y popularizaron el Movimiento Indio. Los que luchaban por los derechos ciudadanos en los barrios indios de las ciudades y los tradicionalistas de las reservas fueron víctimas durante muchos años de pleitos por parte de la policía y la justicia. Esta estrategia tuvo éxito. Los militantes estaban ocupados en su propia defensa. Miembros del Movimiento Red Power en las reservas fueron asesinados. El Movimiento perdió su ímpetu. Sólo los proyectos escolares alternativos sobrevivieron a la acción concertada de la policía y la justicia. En las reservas y las ciudades, los padres preocupados e inspirados por indígenas radicales fundaron proyectos bilingües y plurilingües así como biculturales. Los nuevos impulsos cambiaron parcialmente el sistema educativo de las reservas.

Después de años de marginación, las lenguas indígenas encontraron de nuevo su sitio en el programa de enseñanza. En su colección en un volumen titulado "Indianische Realität" ("Realidad India") Wolfgang Lindig llega a la conclusión de que la liberdad concendida en el sector educativo por los gobiernos canadienses y estadounidenses tiene un efecto positivo. Como modelo, Lindig cita a los Navajos que en sus escuelas educan de un modo bicultural y plurilingüe; la enseñanza se efectúa por maestros indios. Más de 30 000 niños frecuentan las más de 30 escuelas autónomas de las tribus. El resurgimiento político-cultural no quedó sin consecuencias. Así la Harward-University hace constar un afán de autodeterminación, que lleva a una nueva energía cultural y económica. Joseph Bruchac, el autor Abenaki, llega a la conclusión de que las naciones indias miran hacia el futuro ("Indianer - ein Volk blickt nach vorn", National Geographic Deutschland, September 2004). Durante su viaje a través la América India del Norte Bruchac comprobó que existen numerosos proyectos alternativos en marcha. Así los Cheyenne-River se dedican a la cría de ganado de más de 3000 bisontes. La ganancia beneficia a los miembros de la tribu y sirve para la compra de tierra.

Los Anishinaabe/Chippewa de la Reserva Bois-Forte en el Minnesota norteño aprovechan los beneficios de su casino para montar el cultivo de arroz palustre. La pasión por el juego facilitó a estos Chippewa el regreso a la explotación tradicional de su Nett Lake. Winona LaDuke de los Anishinaabe (Reserva White Earth en Wisconsin - WELRP) llegó ella sola a ofrecer una alternativa. Su White Earth Land Recovery Project (www. nativeharvest.com) es una estructura de autoayuda ejemplar. Con la empresa "native harvest" el WELRP crea puestos de trabajo y ofrece perspectivas. A largo plazo la meta es la readquisición de un territorio de 120 kilómetros cuadrados. En un juicio Winona LaDuke fracasó por la "caducidad" de su reclamación. Con el dinero de donativos WELRP ya compró más de cinco kilómetros cuadrodos.

Andrian Kreye descubrió algo nuevo en la región de los Navajos/Dine en el sudoeste de los Estados Unidos ("Geo". No. 4, octubre de 2000). La Reserva Navajo con sus 170 000 habitantes es "Indian Country". La mayoría de los Navajos viven como agricultores o criadores de ganado lanar en la inmensidad de su tierra escasamente poblada. Kreye escribe que "Los Navajos pueden pasar toda su vida con Navajos, hablar su lengua madre con sus vecinos y tomar parte en todos los rituales tradicionales." Los Navajos de hoy se han construido escuelas y hospitales, participan en la explotación de materias primas, se dedican a la agricultura a lo grande. En los años pasados la nación de los Navajos cambió su sistema social. Se reformó el sistema de beneficencia pública y en la prevención social se suprimió el principio de la "regadera", es decir el acordar las prestaciones a todos sin excepción. La ayuda financiera sólo se concede a familias empobrecidas y además solamente a condición a que éstas se comprometan a formarse.

Los ingresos de la mitad de la población están por debajo del umbral de la pobreza. El promedio de la renta anual asciende a 12 000 dólares por cabeza, un tercio de él del resto de los Estados Unidos. La tasa de paro se eleva a un 60 porciento. Son las diferentes autoridades tribales que ofrecen la mayoría de los empleos. Docenas de tribus indígenas obtuvieron bienes por sus casinos y garitos de Bingo. Casi la mitad de las tribus vive del juego de azar, que aporta anualmente más de 15 mil millones a las cajas colectivas. Este dinero creó una economía de clase media india. Algunas tribus aprovechan las sumas enormes así conseguidas también encarnizándose en pleitos para recuperar el derecho a la tierra.

Los Oneida se cuentan entre los más exitosos empresarios de casinos. "El Turning Stone Casino Resort, un monstruo curvado de hormigón gris claro y vidrio matizado se eleva entre los maizales y pinares de los Oneida de la Reserva de Upstate New York," así Andrian Kreye describe el auge económico ("Die Indianer Nordamerikas", Geo 4/2000). El New York Times califica Ray Halbritter, que al mismo tiempo actúa como presidente de comité y "jefe" de la Oneida Indian Nation, de guerrero indio más peligroso de todos los tiempos. En el plazo de sólo diez años Halbritter consiguió hacer de aquella reserva miserable un modelo coronado de éxito del arte comercial.

Para este negocio Halbritter utiliza una cláusula de la constitución americana. Ésta dice que de hecho las reservas indígenas disfrutan de un estado autónomo, no tienen que pagar impuestos y pueden autorizar, regular y controlar por ejemplo licencias de juegos de azar. Desde hace años los casinos y casas de Bingo del 40 porciento de las tribus reconocidas son las principales fuentes de ingreso para las reservas. Fuera de las reservas los juegos de azar están permitidos sólo en Atlantic City y el estado federal de Nevada. Las Oneida Nation Enterprises, a las que también pertenecen una fábrica de cubiertos, una casa editorial, siete estaciones de servicio, comercios al por menor, una casa de comisiones y consignaciones online de artesanía india y un parque de caravanas, rinden un volumen de más de cien millones. Todos estos ingresos son invertidos en las empresas y en infraestructuras como el centro de ancianos y niños y el Public Housing Project - las que hacen pensar en barrios residenciales, y además sirven también a financiar la nueva depuradora.

Halbritter también es un provocador. Así devolvió al Buró de Asuntos Indios 2,6 millones de subvenciones, que según las leyes vigentes pertenecían a su tribu (1100 miembros). Pero encomendó también una acción de derecho a la tierra a un equipo de abogados. Los Oneida reivindican 100 000 hectáreas de tierra. A mediados del siglo 19 todo lo que les quedó a los Oneida fueran solo 13 hectáreas de su territorio pristino. Entretanto Halbritter y la nación Oneida han recuperado más de 5 000 hectáreas. La situación jurídica es inequívoca. Las compras de tierra que habían sido efectuadas entre el estado federal de Nueva York y los Oneida entre 1795 y 1846 debían ser aprobadas por el gobierno federal de Washington. Por eso el tribunal constitucional (US Supreme Court) decidió en 1985 que las exigencias de los Oneida en cuanto a sus territorios tribales y a una indemnización para los 200 años en los que no podían beneficiarse de ellos son legítimas.

Desde que Halbritter ha acelerado el pleito persistente desde 1970 con un equipo dinámico de abogados, los viejos resentimientos se han despertado de nuevo en su comarca; esta vez la envidia a los indios nuevos ricos agudiza el racismo hasta culminar en odio. Sin embargo, Ray Halbritter no piensa en ceder. El jurista dispone de suficientes recursos para mantener la acción durante años. "Desde hace 200 años hemos hecho un ensayo con la pobreza. Ya es tiempo de tratar otra cosa." Halbritter también es un déspota. Los críticos internos de la tribu que se oponen a los casinos no tienen ninguna oportunidad de abrirse paso político, lo mismo que los opositores que ven la democracia entre los Oneida en peligro. Halbritter sin contemplaciones destierra a los adversarios políticos - los Oneida bajo la férula de un general autoritario.

Este año muchos contratos de arrendamiento terminan. Gran parte de la ciudad de Syracuse por ejemplo está en el territorio que corresponde a los Onondaga. La ciudad de Salamanca en el estado federal de Nueva York está situada en el territorio de los Seneca y tiene que pagar tres cuartos de millón dólares de arriendo a la tribu cada año. Los procesos se facilitan por la nueva generación de abogados indios. El Indian Law Resource Center fundado en 1979 por Robert Coulter, el abogado de derechos ciudadanos de los Potawatomi es hoy en día un grupo de presión temido en Washington D.C. y se ha especializado en este campo. Docenas de naciones indios luchan en pleitos por sus derechos o se preparan para acciones judiciales.

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El Internaional Indian Treaty Council (IITC) nació del militante American Indian Movement (AIM) y este movimiento continúa la lucha contra la burocracia de la política internacional. Lo que en 1974 durante la legendaria conferencia de AIM en Standing Rock fue un grupito sin importancia en Dakota del Sur se ha vuelto una organización internacionalmente reconocida que representa a 98 pueblos indígenas. En vista de la amenaza a la que la cultura y la existencia de 300 millones de indígenas están expuestas, la meta del IITC es conseguir que las Naciones Unidas voten una convención globalmente válida para los derechos de todos los pueblos aborígines.

Pero estos éxitos no son la norma. El resurgimiento cultural iniciado por los diferentes grupos de Red Power en las reservas perdió su impacto en la mayoría de las reservas. El renacimiento indio no llegó a ninguna estabilización económica. Las reservas han quedado como ghettos rurales, enclaves del tercer mundo cuyos habitantes están desilusionados, sufren de alcoholismo, problemas cardíacos, diabetes y otras enfermedades físicas y psíquicas. El número de parados es sumamente elevado, el sistema de sanidad malo. Al fin y al cabo la situación se mejoró sólo en aquellas reservas en las que se adquieren millones por los casinos. Más del 30 porciento de los indígenas americanos viven por debajo del umbral de la pobreza. No obstante incluso con los 16.700 dólares de ingresos anuales para una familia de cuatro personas - el umbral de pobreza oficial - no se puede sobrevivir ni siquiera en aquellas provincias donde los precios son módicos.

Desde la publicación de los primeros informes sobre la situación de los ciudadanos indios de los Estados Unidos en los años sesenta pocas cosas han cambiado. Sólo una pequeña clase media india consiguió el ascenso social. Ésta se ha distanciado de su "herencia india" y ha mostrado poco interés en el adelanto de las tribus. En su estudio "Die Indianerreservationen in den USA" ("Las reservas indias en los Estados Unidos") Klaus Frantz, el geógrafo austríaco, llegá a la conclusión de que la política económica de los gobiernos para las reservas ha fracasado. Para Frantz esto es una consecuencia de una inexistente educación plurilingüe y bicultural. La adjudicación de licencias de explotación minera y petrólea trajo poco dinero a las cajas tribales. En 17 de las 25 reservas más populosas la población blanca ya es mayoritaria. La toma de tierra continúa. Los vecinos blancos de las reservas pasan por alto también los derechos a agua garantizados. Los territorios indios sólo son reservas de tierra, agua y materias primas.

Incluso en el siglo 21 los indígenas americanos tienen que sufrir más que todas las otras minorías del país bajo un racismo institucionalizado. Las organizaciones de derechos humanos equiparan el racismo anti-indio a la "Apartheid" en Sudáfrica. Los críticos del sistema de las reservas dicen que el gobierno de la "Apartheid" concibió los Townships de la población negra siguiendo el modelo de las reservas indias. La independencia de las naciones indias legalmente garantizada ha quedado sin perspectivas de éxito. El territorio adjudicado a las tribus era y es - mirado bajo todos los puntos de vista - inferior: aislado, apartado, no utilizable para la agricultura, muchas veces contaminado. Por ejemplo Akwesasne, la capital de la Mohawk Nation está situada a orillas del St. James River. Pocas leguas río arriba hay una fábrica de aluminio que intoxica el agua y el suelo de la reserva. En la reserva de los Navajos se explota carbón a cielo abierto, lo que contamina la región.

Se dota a los gobiernos de las reservas solamente con recursos pecuniarios insignificantes y en consecuencia quedan dependientes de la administración india BIA. A pesar de la "indianización" del BIA (en la actualidad los empleados y directores indios constituyen la mayoría) la administración todavía actúa como tutor y no como socio de las tribus. El BIA representa los intereses de los consorcios que quieren acaparar los yacimientos de petróleo, gas y uranio sin obligaciones ambientales. En el pantano del BIA se han escurrido más de 300 millones de dólares en los pasados decenios. No hay una representación india común, y este hecho se puede también atribuir a la política de las reservas. En el ámbito de la política de las tribus reina poco el espíritu de comunidad, cada reserva actúa para sí misma y las rivalidades son inmensas.

INFO:

- Pueblos originarios Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Indigena
- Leonard Peltier: http://it.wikipedia.org/wiki/Leonard_Peltier
- Scuole tribali: www.collegefund.org, www2005.lang.osaka-u.ac.jp/~krkvls/edu.html
- Indian Law Resource Center: www.indianlaw.org
- BIA, Bureau of Indian Affairs: www.bia.gov
- White Earth Land Recoveiy Project: www.nativeharvest.com
- Oneida Nation: www.oneida-nation.net
- International Indian Treaty Council: www.treatycouncil.org
- Dee Brown: Seppellite il mio cuore a Wounded Knee, Milano, Mondadori 1975.

Traducción de Ute y Mungo Westerhoff.

De pogrom-bedrohte Völker 237 (3/2006).