Bolzano / Bozen, 15 de marzo de 2004
El gobierno nacional-conservador de Aznar, que perdió
las elecciones, intentó usar a la masacre de Madrid para
encender un general fervor anti-vasco. El gobierno no sólo
acusó a ETA sino que quizo criminalizar a todo el
movimiento nacionalista vasco. La reacción de la
ciudadanía a esta mentira fue de no renovar el voto al
Partido Popular (PP). Para ETA esto podría ser una primera
buena motivación para abandonar la lucha armada y poner
fin al terror. Para las nacionalidades históricas de
España la derrota de los conservadores también es
una buena oportunidad para pedir una profunda reforma del Estado
centralizado. Sin embargo no se puede obtener una reforma gracias
al terror, a atentados y muertos; realizar reformas es más
bien tarea de los partidos elegidos - también de los
partidos de la izquierda nacionalista vasca y catalana.
Con la muerte de Franco en 1975 España dio inicio a un
nuevo desarrollo democrático. Después de casi 40
años de dictadura el país quizo volver a la
democracia: instituciones políticas, ejército,
policia y estructuras económicas y sociales tuvieron que
ser democratizadas sin quebraduras y de manera legal, y el Estado
central hubiera tenido que crear una organización estatal
que exprimiera el sentir histórico de la población.
A los 29 años de la muerte de Franco podemos afirmar que
la transición se ha concluído con un éxito
parcial en algunos puntos fundamentales: España tiene un
parlamento elegido democráticamente por su
ciudadanía y tiene una Constitución
democrática que la mayor parte de los Españoles
aprueba. Una nueva generación de políticos
jóvenes y moderados quiere guiar al país, y por
primera vez desde hace decenios el debate democrático
reemplazó al rancor y al odio.
De todas maneras, los responsables de esta transición
pacifica no lograron resolver una gran problematica: por
demasiado tiempo el País Vasco ha sido y sigue siendo
patrullado por macizas tropas de policia, los arrestados fueron y
siguen siendo torturados, la organización ETA sigue
sembrando terror con atentados mortales. ETA tiene la propia
justificación en el fascismo de Franco. El dictador
castigó con crueldad el apoyo vasco a la República.
Quitó a los Vascos sus últimos derechos, su lengua
y cultura. Ahora pero, 29 años después de la
dictadura, cambiaron las condiciones. Hoy hay la posibilidad de
resolver el problema de la autonomía vasca a través
de un debate democrático. Los interlocutores
deberían ser los representantes elegidos del gobierno
regional vasco y los representantes del gobierno central de
Madrid.
Hasta ahora ningún gobierno, ni socialista ni conservador,
quizo dar espacio a las negociaciones para una fundamental
reforma del Estado y de sus 17 regiones autónomas. Las
regiones autónomas del País Vasco y de Catalunia
lamentan que sus estatutos son el resultado de concesiones
más que de un desarrollo positivo.
Los gobiernos además nunca parecieron intencionados a dar
expresión a las demandas de la mayoría de la
población vasca. En vez de cerrar con decisión y
voluntad el enorme abismo creado por la desconfianza tras 40
años de dictadura, aumentaron las distancias con la region
autónoma vasca. Al mismo tiempo una parte de ETA
decidió renunciar al diálogo y a la via de los
acuerdos. Con un número creciente de homicidios
terroristicos ETA contribuyó a la creación de un
clima de violencia. Fue esta una estrategia que ha vuelto
más dificil la solución de los problemas de la
autonomía también fuera del País
Vasco.
Después de los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004
ha sido entonces muy fácil para el gobierno del PP acusar
a ETA como responsable principal. Parece que una mayoría
de la población estuvo de acuerdo con la tesis del
gobierno, y se difundió un comprensible sentimiento
anti-ETA que se transformó en histerismo anti-vasco. La
muerte de Franco quitó a ETA la justificación para
su labor. ETA condenó a muerte a 800 personas y fue
responsable de muchos heridos, sin embargo el terror
también impidió el fortalecimiento político
de los partidos independentistas. Aún en los años
'70 la mayor parte de los Vascos - incluída la
mayoría que rechaza a la lucha armada - consideraba a
Madrid y a sus "tropas del orden" como al enemigo principal; en
1983 el 54% de los Vascos pensaba que los ETArras fueran
"patriotas e idealistas" y sólo el 14% los veía
como "locos criminales". En marzo de 1983 el 85% de la
población vasca se declaró en favor de
negociaciones entre ETA y el gobierno, pero ETA ya se
perdió este favor.
Es esta otra buena motivación por la cual ETA
debería deponer a las armas y comenzar, en una
situación política diferente, a luchar con el uso
del diálogo y junto a los demás partidos vascos
para la devolución de los derechos históricos y
para el logro de las propias metas políticas. La
realización de los deseos de la mayoría de los
Vascos parece ser posible únicamente gracias a una
evolución y no por la vía de la violencia
terroristica que ya no constituye una expresión de
voluntad política capaz de alcanzar objetivos
políticos.
Por su parte el gobierno central debe finalmente tomar en cuenta
la voluntad de una minoría nacional perseguida por
demasiado tiempo, y con nuevo espiritú llevar adelante las
negociaciones con los representantes elegidos de esta
minoría, de manera que la actual frustración y
desconfianza puedan por fin ser superadas. Los "poderes de
hecho", cuales el ejército y la policia, se preocuparon de
que en el País Vasco sobreviviera aún
después del Franquismo suficiente espiritú
franquista: en la region hay hoy más militares
estacionados que nunca, los controles policiales provocatorios,
la tortura, los arrestos y la censura siguen siendo cotidianidad,
la autonomía no ha podido ser desarrollada, Navarra fue
excluída del País Vasco y Euskera, el idioma vasco
duramente perseguido, sigue siendo un idioma de segunda
clase.
¿Por qué el Estado español rechaza con
tanta fuerza el debate sobre las demandas de los nacionalistas de
izquierda?
Algunos ejemplos:
1. amnistia y legalización de los partidos
independentistas prohibidos;
2. derecho democrático a la
autodeterminación;
3. retiro de las fuerzas de represión;
4. mejoría de las condiciones de vida de los
asalariados;
5. un verdadero estatuto de autonomía que de importancia a
la lengua Euskera, que entregue al gobierno vasco el control
sobre el ejército en la propia region y que reconozca a
Navarra como parte del País Vasco.