Bolzano / Bozen, 12 de marzo de 2004
Los mortales atentados a los trenes en Madrid han devuelto a
los Vascos una siniestra notoriedad y atención por parte
de los medios de información. Casi 200 muertos y
más de mil heridos han puesto la cuestión vasca al
centro de la crónica pero también al centro del
terrorismo más sanguinario.
No importa quien haya cometido estos atentados, queda el hecho
que ya desde hace tiempo ETA se puso fuera de cualquier
lógica política. En los 3.400 actos de terrorismo
cometidos por ETA desde 1968 hasta hoy murieron más de 800
personas y otras 2.300 fueron heridas. En el País Vasco en
España y en otras regiones del país ETA difunde
miedo y terror. Esto ya no tiene nada que ver con
política. Nada ya puede justificar el terrorismo y los
homicidios de periodistas, empresarios y políticos en el
País Vasco. ETA mata a personas que renunciaron a la
propria identidad étnica en favor de carreras
políticas y/o económicas. De hecho esto consituye
el primer paso hacia una limpieza étnica.
Sin embargo la posición del Estato español no es
menos problemática. Un reporte de las Naciones Unidas
critica que en las carceles españolas no haya
ningún control sobre los abusos de la policia contra los
más de 500 detenidos miembros de ETA. Desde 1977 murieron
siete detenidos vascos por las consecuencias de las torturas
sufridas. En el País Vasco se registraron desde 1992 hasta
2001 más 900 denuncias de torura: electrochoque, asfixia,
violencia sexual y ejecuciones simuladas no figuran entre los
medios que un Estado de derecho pueda usar. Las protestas de
Amnesty International y de las Comisiones contra la Torura de las
Naciones Unidas y del Unión Europea no surgieron
ningún efecto.
El gobierno Aznar declaró una guerra anti-terror que va
mucho más alla de la lucha contra ETA. En verano 2002
prohibió el partido de izquierda "Batasuna", y en febrero
2003 hizo cerrar sin algún procedimiento jurídico
el diario "Egunkaria", único periodico completamente en
idioma vasco. Los políticos de Batasuna y los periodisats
fueron arrestados, las oficians asaltadas, computadoras y
documentos secuestrados. Al salir de la cárcel el redactor
jefe Martxelo Otamendi lamentó maltratos por parte de la
policia. Este no fue el primer caso de prohibición
arbitraria de un medio de información vasco: desde 1998
fueron cerrados los periodicos "Egin", "Ardi Beltza" y la
emitente radiofónica "Egin Irratia".
Sin prueba alguna el gobierno conservador acusa el cotidiano
vasco de "tácita tolerancia" del terrorismo vasco. Por el
mismo motivo el gobierno también intervino contra el
Instituto Escolástico Vasco "Ikastolas" donde fue
secuestrado material escolastico. Todo parece indicar que el
gobierno Aznar intente equiparar a la población vasca y al
terrorismo.
A pesar de estar en una region bilingüe, el gobierno
conservador de Navarra, region en la cual viven muchas personas
de idioma vasco, anuló con un decreto la paridad de
derecho entre el español y la lengua vasca. Representantes
del gobierno regional justificaron esta decisión diciendo
que el vasco es el idioma de ETA.
Todo esto no justifica de ninguna manera el terror ETA, que el
gobierno pero usa para criminalizar todo el movimiento
nacionalista vasco. Al mismo tiempo subvenciona con generosidad a
la "Fundación Nacional Francisco Franco". La
fundación (www.fnff.org)
dirigida por Carmen Franco celebra al dictador y a la era
fascista.
Durante la Guerra Civil (1936-1940) el General Franco, aleado con
la Alemania de Hitler, quizo anientar a la nación vasca.
De 1,4 millones de vascos 15.000 fueron víctimas de los
fascistas de Franco, 30.000 fueron arrestados y más de
150.000 tuvieron que huir de la dictadura fascista. La
política lingüistica radical de Franco redujo
drásticamente el uso de la lengua vasca.
Solamente en los últimos siete años de la dictadura
de Franco fueron arrestados más de 10.000 Vascos, entre
1070 y 1974 más de 900 ciudadanos vascos fueron heridos en
tiroteos, y 22 Vascos fueron matados en los últimos dos
años de la era franquista. Ningún responsable de
esta política tuvo que comparecer ante un juez ni fue
condenado por algún tribunal o tuvo que asumirse sus
responsabilidades. De esto, y de los asaltos homicidas de las asi
llamadas tropas de liberación anti-terrorismo GAL,
aún beneficia ETA. Entre 1983 y 1987 las tropas GAL,
finciadas con dinero de cuentas ocultas del Estado
español, mataron a 30 miembros de ETA.
En vez de denunciar de manera democrática a las
violaciones de los derechos humanos cometidas por el Estado
español, ETA se arroga el derecho de decidir sobre la vida
de políticos y militares. De esta manera ETA logró
que cualquier perspectiva política comón de los
partidos vascos fuera criminalizada. Con cada ciudadano asesinado
y sacrificado al altar del nacionalismo muere también la
visión de una nueva forma de soberanía en la Union
Europea. La icóna nacionalista de ETA ha pediso y sigue
pidiendo el sacrificio de vidas humanas y - con mucho placer del
Estado español - de cualquier futuro político para
el País Vasco. Gracias a la violencia de ETA los
ajusticiadores de la era de Franco pueden en fín
justificar posteriormente todas las crueldades dishumanas
cometidas.