Bolzano, Belmopan, 4 de diciembre de 2003
Los ecologistas beliceños, con apoyo de organizaciones
internacionales, mantienen un fuerte pulso con el gobierno por la
posible construcción de una represa en un área
protegida. Según informó WWF la batalla legal
llegó hasta el Consejo privado de la Reina en Londres,
dado que Belice forma parte de la Mancomunidad Británica
(Commonwealth). Por dos dias los jueces de este Consejo
escucharon los argumentos en favor y en contra de la
construcción de la represa por parte de los representantes
ecologistas y del gobierno beliceño. El fallo
podría estar listo en 15 días, comentó
Cinthya Flores, vocera de WWF en Belice.
Los ecologistas argumentan que la obra, en la cuenca del
río Macal, dañaría una de las últimas
riquezas naturales y no alteradas por el ser humano de Belice.
"El área alberga una extraordinaria variedad de especies
raras y amenazadas, entre las que se incluyen jaguares, tapires y
las últimas 200 lapas escarlatas que quedan en el
país", subrayó WWF en su comunicado de prensa.
"Esta represa anuncia el inicio del fin para uno de los tesoros
naturales más preciosos de Belice. Un bosque
prístino, con exótica flora y fauna de gran valor,
podría ser arrasado y borrado de la faz de la tierra",
agregó la WWF. El gobierno beliceño, por su parte,
argumenta que la represa no dañaría el ecosistema
del río Macal, al tiempo que defendió el proyecto
para cubrir un faltante en la generación de electricidad.
Sin embargo gracias a la represase producerían solamente
de 6 a 9 MW de electricidad.
La Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) apoya las
protestas de los ecologistas pues la construcción de
represas por lo general no respeta ni al medio ambiente ni a las
poblaciones. Por culpa de proyectos de esta medida miles y miles
de personas, generalmente pobres e indígenas, fueron
obligadas a dejar su casa y tierra.