Bolzano, Göttingen, 5 de mayo de 2004
Al
rededor de 10.000 Maori participaron a una manifestación
contra la amenaza de limitaciones a los derchos territoriales de
los Maori (Maori: hikoi) en Wellington, capital de Nueva Zelanda.
La manifestación fue la conclusión de una marcha de
protesta que en dos semanas llevó a los Maori a recorrer
1.000 kilómetros a atraves de toda la isla. La causa de la
protesta es la propuesta de ley que quiere reglamentar los
derechos de tierra de las playas y de las regiones costeras, y
que será votada jueves por el Parlamento
neozelandés.
La nueva ley podría poner en serio peligro el derecho de
los Maori a la pesca y a la recogida de mariscos, pero
también el derecho al ejercicio de la propia religion en
lugares ubicados cerca de las costas. Las tensiones entre Maori y
no-Maori ya son bastante preocupantes, y, según una
encuesta, más de la mitad de los cuatro millones de
habitantes de Nueva Zelanda están convencidos que las
tensiones crecerán.
Si el gobierno neozelandés quiere estatalizar las regiones
costeras y conceder a los Maori derechos de uso sólo en
casos excepcionales, los Maori mismos piden que sea respetado el
acuerdo de Waitangi de 1840, según el cual la Corona
inglés les concedió "la plena y exclusiva
propriedad de tierra, bosques y fondos marinos".
El debate sobre los derechos de uso de las zonas costeras fue
abierto el año pasado por un grupo de Maori que reclamaba
sus derechos sobre Marlborough Sound, un pedazo de tierra muy
lucrativo gracias a la pesca y al turismo.
Al rededor de 530.000 Maori constituyen el 12,5% de la
población neozelandés. La mitad de la
población Maori tiene menos de 24 años. Los Maori
además son la parte más pobre de la
población del país. El debate sobre la nueva ley se
profila muy delicado para el Primer Ministro neozelandés,
la señora Helen Clark, cuya posición necesita, para
la aprobación, del voto de dos diputados maori que ya
expresaron su contrariedad a la nueva ley.