La mayor parte del territorio del pueblo de los Mapuche se encuentra en el sur de Chile. Antiguamente este territorio cubría una extensión de 30 millones de hectáreas que los Mapuche, valientes guerreros, han defendido con éxito de las invasiones incaica y española. Solamente la ocupación militar por el nuevo estado chileno logró quebrar su resistencia. Desde entonces los Mapuche luchan contra un lento e inexorable genocidio.
Los Hombres de la Tierra, Mapu Che en idioma
Mapudungun, pertenecen a la tierra. Su identidad, su misma vida
residen en ella. Quien abandona a su tierra, abandona a si mismo,
rompe los lazos y deja de existir. El pueblo de los Mapuche
quizás es la única nación indígena
que los Españoles no lograron someter. Uniendose en caso
de peligro, las diversas comunidades mapuche resistieron a las
agresiones externas. Pehuenche, Huenteche, Huiliche, Nagche,
Labfquenche obligaron a los Españoles al acuerdo de
Quillin (1641). Aunque por un lado este acuerdo significó
el comienzo de la reducción de sus tierras, por otro lado
garantizó a los Mapuche la soberanía sobre el
Estado de Arauco, ubicado al sur del río Bío
Bío.
La situación cambia cuando en 1881 el ejército del
recién nacido estado chileno comienza con ocupar las
tierras mapuche. Empieza entonces este lento e inexorable
genocidio que la historia oficial llama "Pacificación de
Araucania". De las originarias 30 millones de hectáreas de
tierra hoy quedan solamente 250.000 para los Mapuche. La pobreza
extrema, las expropiaciones y los desplazamientos de enteras
comunidades obligaron a muchos Hombres de la Tierra a migrar
hacia la ciudad. Actualmente el 45% de los Mapuche es Mapuche
Urbano; más de 400.000 viven en Santiago, muchos otros en
Temuco o en otros centros urbanos. La pérdida de sus
raices y del sostén de la comunidad agrava aún
más las miseras condiciones de vida que muchos deben
soportar.
Más o menos el 10% de la población chilena es
Mapuche. Sin embargo resulta muy dificil encontrar datos ciertos
al respecto: según el censo chileno de 1992 los Mapuche
eran 928.000 personas. Diez años después, al censo
sucesivo, los Mapuche resultan ser 604.000. O sea que se
registró un descenso demográfico de 324.000
personas (el 35% del total), pero ¿cómo pueden
desaparecer 32.400 personas cada año? No sorprende
entonces que hay quienes hablan de un "genocidio
burocrático" pues según estimaciones de los mismos
Mapuche, los Hombres de la Tierra cuentan alrededor de 1.400.000
personas. En consideración de estos datos nace entonces la
duda que las estimaciones oficiales sean usadas por el gobierno
chileno para delegitimar las peticiones de los Mapuche.
El genocidio puede presentarse con diversos trajes, y hasta leyes
inocuas pueden trasformarse en instrumentos aptos a herir la
dignididad y la cultura de un pueblo. La ley que prohibe los
nombres ridículos permite, por ejemplo, a cualquier
empleado público de rechazar la inscripción de un
niño recién nacido con un nombre mapudungun. El
idioma mapudungun aún no se enseña en ninguna
escuela: un paso hacia atras respeto al gobierno Allende que con
la ley 17.729/1972 había garantizado al pueblo Mapuche
algunos derechos fundamentales, entre los cuales la
enseñanza del mapudungun. La dictadura del general Augusto
Pinochet (1973-1990) escribió el capitulo más
oscuro de la historia del pueblo Mapuche. Baste con recordar que
según Pinochet "No existen poblaciones indígenas,
somos todos chilenos".
Mientras la reforma agraria del gobierno Allende había
devuelto a los Mapuche alrededor de 700.000 hectáreas de
tierra, ya en 1974 el 80% de estas tierras volvió
nuevamente a los latifundistas. Solamente en 1978 una
comisión de las Naciones Unidas anotó que "el mismo
día del golpe de estado latifundistas, militares y policia
dieron inicio a una verdadera caza a los Mapuche". La
situación empeora aún más con la ley 2.568
del 1979 gracias a la cual se privatizó el 90% de las
propriedades mapuche. Con la abolición de las propriedades
colectivas también se eliminaron las instituciones
políticas, sociales, económicas y culturales de los
Mapuche. Los militares asaltaron las comunidades, los diregentes
mapuche fueron arrestados y torturados u obligados al exilio. De
las 2.060 comunidades mapuche existentes a comienzos de los
años '70, a fines de los años '80 sólo
quedaron 665.
Con el final de la dictadura de Pinochet la sociedad civil y
progresista de todo el mundo dió un respiro de alivio,
como si fuera suficiente volver a la democracia para garantizar
el respeto de los derechos humanos. No fue asi, ni cambió
la sustancia de la politica chilena hacia los pueblos
indígenas del país. La ley 19.253/1993, mejor
conocida como "Ley Indígena", no sólo continua a
negar a los Mapuche el derecho a sus tierras, sino que
también los clasifica como "población" y no como
"pueblo" - una diferencia fundamental para el derecho
internacional de los pueblos. Hoy las comunidades mapuche
están comprometidas en la lucha contra un nuevo invasor:
los mega-proyectos promovidos en nombre del desarrollo
económico.
Argumentando con el prejuicio que "los indigenas no saben como
hacer rentar la tierra", latifundistas y grupos económicos
protegidos por la legislación chilena aprovechan del
aumento de la demanda mundial de madera y derivados para explotar
de manera salvaje los bosques de la region. Donde especies
vegetales en peligro de extinción, como el encina, el
maóeo, el roble o el rauli, no crecen o ya no crecen, se
extienden plantaciones de pino y de eucalipto. Matte-Larrain y
Angelini son los dos mayores grupos económicos que se
disputan la explotación de los recursos naturales locales.
A través de sociedades como Asserraderos Mininco S.A.,
Servicios Forestales Escuadrón, Inmobiliares Pinares,
Sociedad Forestal Crecex S.A., Forestal Rio Vergara o Agricola y
Ganadera Monteverde, Matte-Larrain maneja más del 40% de
la producción y exportación de madera de la region,
mientras el grupo Angelini controla, junto a International Paper
y Carter Holt Harvey, el 24% de la madera mapuche exportada hacia
Estados Unidos, Japon, China y Corea del Sur.
El impacto de la explotación de los bosques reduce el
espacio vital de otros cultivos y comporta la progresiva
erosión del suelo. De consecuencia las comunidades rurales
se ven obligadas a violar los tiempos naturales de reposo de la
tierra simplemente para poder satisfacer a las necesidades
alimentares básicas. Sin embargo hay otros proyectos
más para explotar la tierra. La industria forestal tiene
una gran necesidad de infraestructuras adecuadas, asi que para la
region mapuche ya estan planeados diversos proyectos de
dimensiones exageradas, como la carretera costera y la autopista
de Temuco (carretera By Pass). Aunque la autopista de Temuco
dejaría libre de tráfico a la ciudad de Temuco,
devastaría al mismo tiempo a zonas aún
incontaminadas y partiría en dos a las tierras mapuche.
Las alternativas propuestas por las organizaciones
indígenas han sido completamente ignoradas. Otros
proyectos que amenazan al medio ambiente de la region, y de
consecuencia a las comunidades mapuche son el oleoducto San
Vincente-Temuco y la fábrica de celulosa de San
José de la Mariquina. El oleoducto debería pasar a
través de tres comunidades mapuche, las cuales hasta ahora
no fueron informadas sobre el proyecto, ni se les pidió su
opinion. La fábrica de San José, que en las
intenciones de los proyectistas debería ser la
fábrica de celulosa más grande de América
Latina, es en si muy contaminante a causa del uso intenso de
productos químicos que las fabricas de celulosa tienen.
Èsta fábrica además debería descargar
sus residuos tóxicos en el mar, poniendo asi en serio
peligro la fauna marina que es fuente primaria de la
alimentación de los Lafquenches.
Aún más invasivos son los proyectos para la
creación de centrales hidroeléctricas en el
río Bío-Bío. El proyecto prevé siete
represas, de las cuales ya fue realizada la de Pangue y la de
Ralco está en construcción. El
Bío-Bío es uno de los ecosistemas más
intactos del sur de América. En los bosques de Araucaria y
de otros árboles valiosos viven especies animales
protegidas como el puma, el ciervo, los gatos salvajes y varios
rapaces. Todos los estudios de impacto ambiental critican
sumamente este mega-proyecto, y la misma CONADI
(Corporación Nacional de Desarrollo Indigena), una
institución gubernamental, afirma que en menos de diez
años el proyecto causará inevitablemente la
destrucción de la cultura y la extinción del pueblo
Pehuenche (miles de Mapuche Pehuenche serían desplazados).
CONADI en fin confirma que no se puede aceptar el impacto
ambiental de las centrales hidroeléctricas en el
Bío-Bío y que su realización "sólo
puede clasificarse como etnocidio".
Hay diversas alternativas para abastecer el país con
energia eléctrica pero la sociedad eléctrica ENDESA
no quiere reexaminar el proyecto. Para enfrentar a las
manifestaciones, las protestas y las reivindicaciones de las
muchas organizaciones indígenas, los gobiernos
democraticos volvieron a descubrir algunas leyes de la dictadura
militar, como la ley sobre la Seguridad Interna del estado y la
ley Antiterrorismo. El 18 y 19 de febrero de 1999 43 Mapuche y
activistas ecologistas fueron arrestados en las provincias de
Bío Bío y de Traiguen. La precedente
búsqueda de "terroristas" causó treinta heridos. En
marzo del mismo año la aplicación de la ley
Antiterrorismo comportó pérdidas para miles y miles
de dólares USA, una decena de heridos y un centenar de
arrestos. Alrededor de mil Mapuche han estado o son actualmente
presos, muchos afirman haber sido torturados o haber sufrido
tratamientos inhumanos y degradantes. Varios representantes
mapuche denuncian el hecho de estar seguidos, fotografiados o
filmados y de tener el teléfono bajo control ; una
dirigente hasta sufrió una tentativa de secuestro.
Tanto las fuerzas de orden estatales como aquellas privadas
pagadas por las grandes empresas intentan de cualquier forma
impedir las manifestaciones de las organizaciones mapuche, y en
esto no parece molestarles la posibilidad de que haya hasta
muertos. El 7 de noviembre de 2002 Alex Lemun Saavedra de 17
años participaba en una protesta pacifica para la
restitución de la tierra cuando fue alcanzado por la bala
de un carabinero. Alex murió en el hospital. A pesar de
todo los Mapuche no se rinden. Tienen un pasado hecho de
años de lucha pacífica para salvar a su tierra, a
su hábitat y a su cultura, y ahora están
organizando, para octubre de 2003, un congreso de todas las
comunidades.
La finalidad del congreso son la definición de las
prioridades de las reivindicaciones y de los métodos de
protesta y la creación de una organización capaz de
representar unitariamente a todas las comunidades y tener asi a
un válido interlocutor con las instituciones
políticas y económicas del país. De esta
manera también esperan poder evitar que el conflicto se
resuelva en una espiral de violencia y esperan poder volver a
aquella unidad que en el pasado los había hecho
adversarios temibles.
Tañi Kimün / El We
Tripantu
La mayoría de los Pueblos Indígenas de
América tiene su propia manera de ordenar el paso del
tiempo. Para ellos, un ciclo de tiempo no es una situación
consensual arbitraria, sino que está sustentada sobre el
conocimiento compartido que se tiene de la naturaleza. Este
conjunto de saberes incluye el estudio y observación
profunda del espacio exterior, en especial del movimiento de la
luna. Uno de estos pueblos es el Mapuche.
El WE TRIPANTU o "rito anual de renovación del equilibrio
de la naturaleza" es el momento en que la fuerza propia de la
vida, de la naturaleza, eleva en la savia de los árboles
el nivel de vibración molecular y los seres vivientes
regulan su pulsación con el ritmo lunar. El mapuche piensa
y siente que las aguas traspasadas por la energía
magnética de la luna en esa fecha tienen una
energía diferente por lo que toda la familia debe
armonizarse con la naturaleza por medio del baño de
inmersión bajo cualquier condición
climática. Es el tiempo de armonía familiar y de
amistad. El Kimün (conocimiento) mapuche en un modelo
práctico de inter-relación social y espiritual, no
es un evento folclórico. El modelo wetripantu se inserta
en la cultura, desde una perspectiva epistemológica,
social y espiritual, como columna dinámica unificadora de
la sociedad y que mantiene la cohesión y filiación
del mapuche con su cultura e Identidad.
El conocimiento mapuche es un producto socializado, es el
resultado de la observación permanente de los cambios que
siente y percibe de los elementos de la naturaleza, por el hecho
de unificar su raquiduam (su pensamiento) con lo que
Wünfucha (Dios, creador) le ha dado para cuidar y mantener,
tomando de la creación solo lo que es necesario.
El pueblo Mapuche, como otros pueblos indígenas posee un
gran conocimiento en Ciencia, astronomía y espiritualidad.
Su legado cultural nos permite saber que lograron interpretar el
movimiento del sol, la luna y las estrellas, en especial el
planeta Venus. La festividad social espiritual de
Wetripantü, es un escenario en el que una misma fuerza
espiritual denominada newen, estremece de energía a todos
los seres vivientes y hace de las mujeres y hombres, hermanas y
hermanos con todos los elementos de su medio. Existe un punto
cósmico desde donde se gestiona un estado de
renovación física y psíquica, determinado
por el regreso del sol a ciertas coordenadas espaciales, que da
paso a otro período de tiempo que desde su inicio
está energizado por el movimiento lunar.
En la memoria histórica del pueblo mapuche permanece hoy
día la idea latente que antes del Wetripantu existe la
noche más larga del año. Cuando ésta llega a
su punto máximo se dice que la noche camina de regreso.
Wiñol Trekatuy Pun, este es el momento de un cambio total
de la naturaleza, tanto en el cosmos como en la tierra, en
consecuencia, el día se alarga o retrocede
comparándose este hecho con el paso de un gallo, hecho que
el mapuche denomina Wiñotui Antü kiñé
trekan alka.
Se sostiene que el momento del regreso del sol se produce al
terminar la noche del 23 de junio, en el instante en que asoma el
sol en el este o puel mapu, este hecho de la nueva salida del sol
da paso al nuevo ciclo de vida. Otra de las ideas fundamentales
del Wetripantu es que junto al inicio del nuevo año, las
aguas de diferentes fuentes entran en un proceso de cambio de
temperatura, momento apropiado para bañarse de madrugada.
Por medio del agua el hombre y mujer vuelven a hermanarse unidos
por una misma fuerza, llamada newen.
¿Cómo celebrar Wetripantu?
Llegada la noche del 23 de junio después de las 22 horas
se reúne (n) las familias en una casa que sea
cómoda en espacio y tenga calefacción, de gas,
cocina de leña, o fogón. Se van acumulando los
alimentos: carnes de ave, chancho, vacuno o caballo; muday,
mültrün, mürke, sopaipillas, tortillas, que
serán consumidos por todos los asistentes. La persona que
no sea capaz de consumir los alimentos servidos, tiene que
llevarlos a su casa: la comida no se guarda, se reparte entre los
asistentes.
¿Qué se hace la noche de
Wetripantu?
Los adultos relatan hechos desconocidos de la familia a los
miembros reunidos, Historias sobre el origen de la familias o sus
descendientes, Se participa del conocimiento en general, se
cuentan cuentos (epeu), se baila choike purrun, se toca la
trutruka y el trompe. En el período de epewun ,que es
antes de la amanecida, hombres, mujeres y niños e
invitados concurren al río, vertiente o estero más
cercano a bañarse y esperar la nueva salida del sol con el
cuerpo y el espíritu renovado y limpio y sintiendo la
fuerza de Dios. Gnechen, Elchen, Huenu Mapu Chaw, Wun Fücha,
Wun Kuce, etc.son todos nombres que se le asignan a un creador
único. El mapuche es un ser espiritual monoteísta y
siempre lo ha sido.
Se regresa a la casa tocando algún instrumento, luego por
medio de un ritual muy específico se purifica el ambiente
de la casa. Girando en círculo, partiendo del este y
girando hacia la derecha para cerrar el círculo mirando al
este, que se denomina puel. En este lugar la persona de mayor
conocimiento invoca a las fuerzas benefactoras conocidas, dando
gracias y reconociendo la presencia de la fuerza creadora en
todos los elementos y con el corazón y la mente en
profunda gratitud se espera la salida del sol por el PUEL MAPU
(el este espiritual y físico). Cuando el sol y la luz
cubren el espacio visible se dice Akui We Tripantu (llegó
el nuevo año) o también Wiñoi Tripantu
(regresa la salida del sol) De esta manera en el amanecer del
día 24 de junio se inicia otro ciclo de vida en el mundo
mapuche y en la madre tierra. Durante el día
continúan distintas actividades, según la
región. Por lo general es un día de reencuentro, de
armonización y equilibrio de las relaciones
familiares.
Extracto del Texto: Asociación de Profesores Mapuche:
Likan Mapu.