Bolzano/Bozen, Göttingen, 11 de junio de 2004
La Asociación para los Pueblos
Amenazados (APA) pide a la Comunidad Internacional que ponga en
acto medidas concretas para poner fin al genocidio en el Darfur
en Sudan. El Consejo de Seguridad debe condenar a Sudan por ser
agresor y principal responsable de las graves violaciones de los
derechos humanos en la region, y debe finalmente decidir y
aprobar medidas aptas a la construcción de una verdadera
paz. La misma aprobación de sancciones o el envío
de tropas de paz están previstas por el Capítulo
VII de la Carta de las Naciones Unidas. En consideración
del bloqueo de las ayudas humanitarias y la posición
intransigente asumida por las autoridades de Sudan, la Comunidad
Internacional ya no puede contentarse de protestas genericas y
del envío de ayudas humanitarias, sino que debe por
fín actuar medidas concretas para la protección de
la población civil.
La declaración sobre Sudan hecha por la cumbre G8 es muy
decepcionante pues se limita a un pedido sin compromiso a las
Naciones Unidas para que coordine los esfuerzos internacionales
para poner fin a la masacre. Seguramente las simples protestas de
la Comunidad Internacional no van a impresionar al régimen
de Khartoum que desde 1989 hasta hoy se ha vuelto responsable de
más de dos millones de muertos. Solamente ayer el
vicepresidente de Sudan Ali Osman Taha ha acusado a los
países occidentales de ser los "fabricantes" de la guerra
en Darfur.
A los dos meses de la firma del armisticio del 8 de abril de 2004
la Union Africana (AO) por fín va a envíar a
observadores para los derechos humanos a la region. Sin embargo
la APA advierte por no poner demasiada esperanza en esta
misión pues, según los acuerdos para el armisticio,
los observadores no tendrán ningún mandato para una
efectiva protección de la población civil en el
Darfur. Hasta ahora las autoridades de Khartoum siempre han
ignorado a los muchos informes sobre las violaciones de los
derechos humanos en la region redactadas por varias
organizaciones para los derechos humanos y por las mismas
Naciones Unidas. Ayer un alto funcionario del gobierno de Sudan
en Gran Bretaña ha negado cualquier responsabilidad de su
gobierno por los graves crímenes cometidos en el
Darfur.
Esta no es la primera vez que observadores para los derechos
humanos sean envíados a Sudan. Sin embargo, todas las
misiones precedentes han fracasado por culpa del ejército
sudanes que ha sistemáticamente obstaculado el trabajo de
los observadores mientras las autoridades han seguido ignorando
los informes. Tomando nota de la inutilidad del trabajo hecho, en
2003 la mayoría de los observadores decidió dejar
su cargo y abandonó el país.