Bolzano/Bozen, Göttingen, Viena, 19 de enero de 2006
La toma de posesión del gobierno por Evo
Morales, representante de la mayoría indígena y
democráticamente elegido a nuevo presidente, significa
para Bolivia un profundo cambio, que según la
Asociación Internacional para los Pueblos Amenazados (APA)
es comparable a la elección de Nelson Mandela en la
Sudáfrica de 1994. El domingo 22 de enero Evo Morales,
indígena aymara de 46 años, asumirá
oficialmente el cargo de presidente de la República
boliviana.
Por mucho y demasiado tiempo a los Latinoamericanos, Europeos y
Estadounidenses pareció normal que una mayoría de
origen europea sometiese y explotase económicamente y
políticamente a la mayoría Aymara y Quechua. Sin
embargo ya desde los años '70 y lejos de la
atención de los medios de información
internacionales en Bolivia empezaron a surgir y crecer
movimientos indígenas como el Minka y el Mitka.
Basándose en las tradiciones históricas y
culturales del vasto imperio incaico ellos pedían el
reconocimiento de los idiomas y de las culturas
indígenas.
Ya desde los años 1976/77 los representantes
indígenas en visita en Europa promovían una
visión histórica diferente, según la cual la
civilización incaica tiene para el sur de América
la misma importancia de las antiguas Atiene y Roma para la
civilización europea. Después de su
liberación obtenida gracias auna amplia campaña
internacional a la cual también participó la APA,
el líder aymara y preso político Constantino Lima
declaró: "Nos hemos organizado porque reconocimos que en
la actual situación no podemos obtener justicia. Los
blancos controlan todo y siguen con insultarnos y maltratarnos",
y contó de la masacre de 1.300 personas cometida en 1974
bajo la dictadura militar del general Hugo Banzer.
Desde entonces los movimientos indígenas Quechua y Aymara
piden un cambio de poder en Bolivia. La elección de Evo
Morales de diciembre 2005 por fin transforma sus pedidos en
realidad y regala a las poblaciones andinas aymara y quechua y a
las 28 demás comunidades indígenas menores de
Bolivia una nueva esperanza. Hasta el día de hoy los
indígenas de Bolivia de hecho han sido tratados como
ciudadanos de segunda clase y sus culturas han sido discriminadas
o simplemente no consideradas.
En 1995 Evo Morales aceptó una invitación de la APA
a Viena donde aprovechó de la 38. cumbre de la
Comisión sobre Narcóticos de la ONU para promover
la de-criminalización de la planta de Coca y la
comercialización legal de productos obtenidos con la Coca,
cuales el mate, las gomas para mascar, el dentífrico o las
bebidas refrescantes. "La coca no es cocaína y el
productor de coca no es un traficante de cocaína, tal como
el consumidor de coca no es un toxico dependiente",
declaró entonces Morales. Para las poblaciones andinas que
cultivan a la Coca según una tradición milenaria,
la planta es un integrador alimentar, un remedio estimulante y se
usa para la ceremonias religiosas.