Bolzano/Bozen, Wien, 13 de junio de 2008
Para los pueblos originarios del Canadá el 11 de junio
de 2008 ha sido un día especial: por primera vez en su
historia el estado canadiense ha pedido oficialmente disculpas
por las crueldades cometidas contra las niñas y los
niños internados con la fuerza en colegios
canadienses.
Entre 1870 y 1970 al rededor de 150.000 niños,
niñas y adolescentes indígenas fueron arrancados de
sus familias e internados en colegios religiosos, creados y
financiados a propósito para "reeducar a los niños
para que se vuelvan perfectos ciudadanos canadienses" y para
reprimir cualquier forma de socialización cultural
indígena. Tenían prohibido hablar sus idiomas y
cualquier comportamiento que pudiera ser interpretado como
típico indígena. Las prohibiciones eran
acompañadas de violencia física y psíquica y
muchos fueron los casos de violencia sexual.
Junto a las disculpas oficiales, el gobierno de Canadá ha
autorizado el pago de 2 mil millones de dolares de indemnizo para
unas 90.000 víctimas. Las disculpas - aunque lleguen muy
tarde - representan un paso importante para del estado de
Canadá, pues por primera en su historia el gobierno admite
las masivas violaciones de los derechos humanos cometidas. Sin
embargo, este paso no debe engañar sobre la actual
situación de los pueblos originarios de Canadá
cuyos derechos siguen siendo gravemente violados por el gobierno.
Éste sigue negando los derechos tradicionales a la tierra,
los recursos de éstas tierras son explotados sin
ningún respeto para el ambiente tan importante para la
supervivencia de las poblaciones indígenas y sobre todo
sin que haya ninguna forma de participación de las
comunidades indígenas en los útiles. En fin, las
discriminaciones del gobierno le comportaron las quejas oficiales
de varias instituciones de las Naciones Unidas, entre otras la
Comisión para los Derechos Humanos.
Un paso verdaderamente importante sería la
aprobación y ratificación de la Declaración
para los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones
Unidas. El Canadá es de hecho el único país
que por dos veces ha votado contra la aprobación de
ésta declaración: la primera vez en 2006 en la
reunión de la Comisión de los Derechos Humanos, y
la segunda vez el 13 de septiembre 2007 cuando se trató de
votar la Declaración en la Asamblea General de las
Naciones Unidas. Este actitud del gobierno despierta serias dudas
sobre la honestad con la cual fueron hechas las disculpas y
evidencia los principios racistas que aún guían la
política del gobierno con los pueblos originarios del
país. La Asociación para los Pueblos Amenazados
(APA) pide con urgencia al gobierno de Canadá que apruebe
y ratifique por fin la Declaración sobre los Derechos de
los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.