Bolzano/Bozen, Göttingen, 14 de septiembre de 2007
La
Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) ha saludado
la aprobación de la Declaración Universal de los
Derechos de los Pueblos Indígenas por la Asamblea General
de las Naciones Unidas (ONU) como importante paso en la lucha
para los derechos de los pueblos indígenas de todo el
mundo. La Declaración reconoce por primera vez los
derechos colectivos de los pueblos indígenas. Por lo tanto
la APA pide a la Comunidad Internacional que respete su proprio
voto y que vuelva a evaluar y a negociar con las comunidades
indígenas interesadas todo tipo de proyecto relativo a la
construcción de represas, la extracción de recursos
naturales y el corte de bosques de realizarse en tierras
indígenas.
La Declaración de la ONU seguramente despertará en
todos los pueblos indígenas nuevas esperanzas para poder
por fin negociar de igual a igual todas las cuestiones relativas
a sus derechos, como por ejemplo las constantes violaciones de
sus derechos a la tierra. Entre otros asuntos, la
Declaración otorga a los pueblos indígenas el
derecho a la autodeterminación, al control de sus tierras
y recursos naturales y a la preservación de su cultura y
tradiciones. Además la APA pide la inmediata
realización de programas de ayuda y de formación
para todas aquellas personas desplazadas de sus tierras
ancestrales y obligadas a abandonar sus comunidades y que ahora
sufren pobreza y miseria en los barrios más pobres de las
grandes ciudades.
Según los cálculos de la APA, en todo el mundo se
cuentan más de 5.000 comunidades indígenas
diseminadas en 75 estados. Entre ellas figuran por ejemplo 84
millones de Adivasi en India, los Sámi en el norte de
Europa, alrededor de 40 millones de indígenas den el
norte, centro y sur de América, los Aborigenas de
Australia, los Maori en Nueva Zelanda, los San en la
África meridional, y muchas comunidades más. La
mayor parte de las comunidades indígenas todavía
tiene que luchar duramente por su supervivencia. así por
ejemplo, en Indonesia casi 300 pueblos indígenas
están amenazados por los planes para incrementar los
cultivos de palmas de aceite. Los mismos interese
económicos amenazan de desplazamiento a varios pueblos de
Colombia y de Birmania (Myanmar). En Brasil, Chile o Ecuador los
pueblos indígenas tienen que enfrentar la
deforestación, la explotación intensivo de recursos
naturales y la extracción de petróleo y gas.
Pobreza, racismo y derechos a la tierra violados o no reconocidos
amenazan también a los indígenas de Canadá.
En Siberia y en el Ártico los pueblos indígenas
sufren las consecuencias del cambio climático y las
elevadas temperaturas ponen en peligro sus tradicionales maneras
de vivir y con esto su propia supervivencia.