Bolzano/Bozen, Göttingen, 4 de julio de 2005
El cambio climático amenaza a más de 4.000
indígenas de las regiones árticas. La ineficiencia
de las políticas para la reducción de la
contaminación atmosférica de las naciones
industrializadas más ricas implica la progresiva
destrucción de los fundamentos vitales de 30 pueblos
indígenas de las regiones árticas. En
ocasión de la cumbre de los G8 en Escocia, la
Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) pide con
urgencia que los jefes de gobierno de los países G8 que
acuerden una política eficaz y responsable de
protección ambiental y de salvaguardia de las regiones
árticas. La APA pide a los jefes de gobierno, y en
particular manera al primer ministro británico Tony Blair
quien hospeda a la cumbre, de aprobar una declaración
sobre el cambio climático, aunque sea sin el apoyo de
EE.UU.
Los pueblos de Siberia, Alaska, Groenlandia, Labrador y Nunavut
(Canadá noroccidental) necesitan con urgencia de apoyo
para poder enfrentar las consecuencias ya visibles del cambio
climático. El creciente nivel de las aguas del mar y la
erosión de los suelos obliga a muchas personas a abandonar
las propias comunidades.
Desde hace siglos los habitantes de las regiones árticas
viven de la caza a los osos polares, a las morsas, focas y
caribú, de la pesca e recolecta de plantas
selváticas. Como todos los pueblos indígenas,
también los Inuit, Evenkos, Nenetz, Yakutos y otros viven
de la naturaleza y adaptaron sus estilos de vida al medio
ambiente en el cual viven. Sin embargo los actuales cambios son
demasiado rápidos y radicales para que los pueblos
indígenas puedan cambiar las propias costumbres con la
misma velocidad. De esta manera las manadas de animales salvajes
han cambiado sus recorridos y sus pastos, a menuda la caza se ha
vuelto imposible por la fragilidad del hielo y careciendo el
alimento para osos y focas aumenta el riesgo de su
extinción. También están disminuyendo los
peces de agua dulce que actualmente constituyen la base vital de
miles de indígenas. En la larga historia de los pueblos
indígenas no hay memoria de cambios tan drásticos
en un lazo de tiempo tan corto. Los científicos
deberían aprovechar más y mejor de los profundos
conocimientos de los pueblos indígenas sobre la naturaleza
para poder verificar con más exactitud lo trágico
del cambio climático.