Bolzano/Bozen, Valledupar, 16 de agosto de 2004
El asesinato de Freddy
Arias, indígena Kankuamo, cometido el dos de agosto por
los narcoparamilitares en Valledupar - capital del departamento
de Cesar, en el noreste del país -, rebozó la copa
de la amargura de los pueblos indígenas de Colombia. Ya
son más de doscientos los indígenas Kankuamos
asesinados en la última década, de los cuales 92 lo
han sido durante el transcurso del presente gobierno. Estos
crímenes constituyen un etnocidio para un Pueblo
indígena conformado por algo más de 5.000
miembros.
A ello se le suman los asesinatos de 56 indígenas Wiwas
en la Sierra Nevada y de 14 Wayúu en la Guajira y
más de 30 desaparecidos, cometidos también por los
paramilitares en los últimos tres meses, para no hablar
sino de los casos más recientes. De igual manera, en el
departamento de Caldas han sido asesinados recientemente tres
indígenas protegidos con Medidas Cautelares, de los cuales
uno era candidato a la alcaldía de Ríosucio.
En un comunicado, la Organización Nacional
Indígena de Colombia (ONIC) responsabiliza al Estado
colombiano por este crimen, en cabeza del Presidente Uribe
Vélez. El crimen sería una respuesta, tanto de la
oligarquía latifundista del Cesar, como de quienes tienen
interés en los recursos hídricos de la Sierra
Nevada de Santa Marta, hogar de los Kankuamos. "En la Sierra es
donde nacen las fuentes de agua para las zonas bajas, de activa
economía, y cualquier proyecto de privatización de
las aguas o de construcción de una represa tiene que
contar con los indígenas", dijo Luis Evelis Andrade,
presidente de la ONIC. "Lo que pedimos no es más guerra
sino esfuerzos sinceros de paz, de esclarecimiento de la verdad,
de justicia y de reparación a las víctimas."
La Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) apoya las
demandas de la ONIC y hace nuevamente un llamado a la comunidad
internacional, especialmente a la Unión Europea, a los
organismos del sistema de las Naciones Unidas, a los senadores de
los Estados Unidos que recientemente manifestaron su
preocupación por la crisis humanitaria que afecta la
Colombia.