Bolzano/Bozen, Göttingen, 8 de agosto de 2005
El 19 de septiembre la Duma, el parlamento ruso, tendrá
que decidir sobre una nueva ley para los bosques rusos, que no
sólo determinará el futuro de los mismos bosques,
sino que decidirá sobre todo de la supervivencia de 40
pueblos indígenas siberianos a los cuales pertenecen al
rededor de 200.000 personas. En la Jornada Internacional de los
Pueblos Indígenas, la Asociación para los Pueblos
Amenazados (APA) quiere llevar esta nueva ley a la
atención de la opinión pública: según
esta ley, los bosques rusos deberían ser divididos en
parcelas que serán subastadas al mejor oferente. El nuevo
dueño podrá usar el area adquirido para 99
años. Para los indígenas, que constituyen la parte
de población más pobre, la nueva ley equivale a una
catástrofe. Los Evenkos, Nenetz, Yakutos y muchos
más viven por tradición de la caza, la pesca, de la
cría de renos y de la recolecta de bayas silvestres. Para
las construcciones usan sobre todo madera que al mismo tiempo es
la única la fuente de calefacción. Para los pueblos
indígenas es imposible participar a la subasta y defender
así su tierra de los intereses de la grandes empresas y de
los inversores privados. Existe un real peligro que los nuevos
dueños prohibían a los indígenas acceder a
los bosques y que los cortes indiscriminados de arboles y la
explotación de los recursos destruyan las forestas
rusas.
La nueva ley no preve ninguna cláusula para un uso
responsable de los bosques (que en el norte crecen muy
lentamente) ni preve alguna forma de protección legal para
los indígenas. Según el artículo 27 de la
ley sobre los bosques se entienden protegidas todas las formas de
vida tradicional de los indígenas, sin embargo no hay
ninguna indicación sobre la actuación del mismo
artículo. La supervivencia de los pequeños pueblos
siberianos y la salud del medio ambiente ruso están
amenazadas también por la explotación de
petróleo, gas, uranio, diamantes y carbón.
Actualmente la expectativa de vida de los indígenas es de
casi 20 años inferior a la expectativa del promedio de la
población rusa.
Según la APA, la nueva ley debe incluir algún
mecanismo que permita la gestión y el usufructo gratuito
por los indígenas de las tierras tradicionales
indígenas. La APA ha pedido con urgencia a Rodolfo
Stavenhagen, encargado especial de las Naciones Unidas para los
Pueblos Indígenas, que ayude a los pueblos de Siberia. Sin
embargo ellos no son los únicos que luchan para la
supervivencia. Muchos de casi 400 millones de indígenas de
más o menos 5000 pueblos sufren las consecuencias de la
globalización y de la privatización de tierras que
una vez eran sus tierras tradicionales y propiedades colectivas.
La Jornada Internacional de los Pueblos Indígenas ha sido
proclamada por primera vez en 1994 por las Naciones Unidas.