Logo


In: Home > News > Jornada internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto)

Idiomas: ESP | DEU | ITA


Jornada internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto)

Activistas indígenas para los derechos humanos necesitan más protección

Bolzano/Bozen, Göttingen, 6 de agosto 2013

Indígena de Brasil. Foto: Moisés Moreira. Indígena de Brasil. Foto: Moisés Moreira.

En ocasión de la Jornada Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto) la Asociación para los Pueblos Amenazados (APA) quiere recordar la difícil situación y el peligro en el cual viven los activistas indígenas para los derechos humanos. En la mayoría de los países los Indígenas que trabajan para el respeto de sus derechos y de sus comunidades corren grandes riesgos. Perseguidos por policías, autoridades, latifundistas y transnacionales, los activistas indígenas para los derechos humanos a menudo son víctimas de arrestos arbitrarios, persecución, tortura y asesinatos. Generalmente los pueblos indígenas en sus países no pueden contar con grupos de presión que defiendan sus intereses y derechos así que en la mayoría de los casos los crímenes cometidos contra representantes y comunidades indígenas quedan impunes. La Declaración ONU sobre los Defensores de los Derechos Humanos de 1998 impone la protección de activistas y defensores de los derechos humanos. Sin embargo la mayor parte de los gobiernos no respeta a la declaración de la ONU.

El pasado 21 marzo 2013 el Consejo para los Derechos Humanos de la ONU ha vuelto a afirmar con voto unánime la necesidad de proteger a los activistas y defensores de los derechos humanos. La mayoría de los gobiernos tampoco aplica a la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007. Muchos territorios indígenas son ricos de recursos naturales y de madera fina y por lo tanto resultan interesantes paras gobiernos y transnacionales. Leñadores ilegales y traficantes de droga constituyen otra peligrosa amenaza para las comunidades indígenas.

Defender a los derechos humanos, ser testigo de violaciones o simplemente pedir el respeto de los propios derechos, como hace por ejemplo Benki Piyako del pueblo Ashaninka en la región de frontera entre Brasil y Perú, significa arriesgar la vida. Los conflictos que perduran desde hace decenios o hasta siglos, come es el caso de los pueblos Mapuche en Chile, causan cada vez más víctimas, heridos y muertos, detenciones y juicios arbitrarios y condenas de inocentes.

Desde hace años los Adivasi - come llaman generalizando a los más de 85 pueblos nativos en India – han comenzado a organizarse y sobre todo a mejorar sus niveles de instrucción para poder defenderse por vías legales. Este trabajo está fuertemente obstaculizado por partes de la sociedad, por varios representantes políticos y sobre todo por representantes de la economía que responden sumergiendo a los activistas y a las organizaciones para los derechos humanos en una cantidad absurda de juicios y complicaciones legales y logran así paralizar su trabajo. La situación de los defensores de los derechos indígenas no mejora en Rusia donde activistas y representantes indígenas lamentan graves abusos y violaciones, sobre todo cuando sus territorios son ricos de recursos naturales. Representantes indígenas testimonian de la violencia de las autoridades en nombre de una supuesta "seguridad nacional" cada vez que las organizaciones indígenas intentan protestar por algún proyecto de explotación en su territorio o simplemente piden mayor democracia.

Según la APA, el simple hecho de no estar informados sobre las precisas realidades y violaciones no puede ser una excusa para los gobierno occidentales y europeos para no preocuparse del respeto de los derechos humanos en general y de los pueblos indígenas en lo específico. Más bien, cada contacto bilateral y cada acuerdo comercial firmado por nuestros gobiernos debe tener como condición el respeto de los derechos de los pueblos y la protección de los defensores de los derechos humanos y de los pueblos nativos.