Bolzano/Bozen, 12 de octubre de 2006
En ocasión del así llamado descubrimiento de
América, La Asociación para los Pueblos Amenazados
(APA) quiere recordar las millones de víctimas que aquel
evento provocó y sigue provocando. La conquista de
América ha sido de hecho el mayor genocidio de la
historia, una destrucción de masa de personas y pueblos
enteros causada por la guerra, la explotación brutal, los
trabajos forzados y el aniquilamiento de las culturas; la
conquista material iba junto a la conquista espiritual. Sin
embargo las violaciones de los derechos humanos de los pueblos
indígenas nunca terminaron. Esto también vale para
el pueblo Mapuche, que vive entre Argentina y Chile.
Los Mapuche, que representan a casi el 10% de la
población chilena, nunca habían sido conquistados,
ni por los Incas ni por la Conquista española en el
continente americano. Solamente en 1881 lo que hasta entonces era
la Región independiente Mapuche fue anexa al nuevo estado
chileno, y desde entonces los derechos del pueblo mapuche nunca
más fueron respetados. Robados de sus tierras y de su
cultura, marginados y empobrecidos, los Mapuche luchan con sus
organizaciones para el reconocimiento de sus derechos, en primer
lugar para el derechos a la tierra. En esto se oponen al estado
chileno pero más aún a los muchos y fuertes
intereses económicos que están destruyendo los
bosques ancestrales mapuche, y con ellos a sistemas
ecológicos únicos. Para los Mapuche esta
destrucción es sinónimo de pérdida de su
base existencial, tradicional y cultural. Para enfrentar a las
manifestaciones, las protestas y las reivindicaciones de las
muchas organizaciones indígenas, los gobiernos
democráticos volvieron a descubrir algunas leyes de la
dictadura militar, como la ley Antiterrorismo (Ley n.
18.314).
En 2003, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la
Situación de los Derechos Humanos y las Libertades
Fundamentales de los Indígenas, el Sr. Rodolfo
Stavenhagen, recomendó explícitamente que "se tomen
medidas para evitar la criminalización de las
legítimas actividades de protesta o demandas sociales" del
pueblo Mapuche. En el mismo sentido se ha manifestado el
Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales de las Naciones Unidas en sus recientes observaciones
sobre Chile. Sin embargo fue sólo con la drámatica
huelga de hambre de cuatro activistas mapuche que la
opinión pública chilena e internacional se dio
cuenta de la violaciones de los derechos humanos que se dan en
Chile. De hecho pero no ha cambiado mucho.
La APA entonces promueve a la procesión organizada para sábado 14 de octubre en Milán, como en muchos otras ciudades europeas, delante del consulado de Chile para pedir:
Sábado 14 de octubre a las 18.30, en via San Pietro dell'Orto (angolo Corso Matteotti - MM San Babila).
"Entraban los españoles en los poblados y
no dejaban niños ni viejos ni mujeres preñadas que
no desbarrigaran e hicieran pedazos. Hacían apuestas sobre
quién de una cuchillada abría un indio por medio o
le cortaba la cabeza de un tajo. Arrancaban a las criaturitas del
pecho de sus madres y las lanzaban contra las piedras. A los
hombres les cortaban las manos. A otros los amarraban con paja
seca y los quemaban vivos. Y les clavaban una estaca en la boca
para que no se oyeran los gritos. Para mantener a los perros
amaestrados en matar, traían muchos indios en cadenas y
los mordían y los destrozaban y tenían
carnicería pública de carne humana... Yo soy
testigo de todo esto y de otras maneras de crueldad nunca vistas
ni oídas".
Fray Bartolomé de Las Casas, Brevísima
Relación de la Destrucción de Las Indias