Bolzano/Bozen, 20 de abril de 2007
Lejos de la atención mundial y de la mayor parte de la
prensa de los países industrializado se ha tenido, del 26
al 30 de marzo, en Iximché/Guatemala la tercer cumbre de
las nacionalidades y pueblos indígenas de Abya Yala
(Américas). Justo en vigilias de la cumbre, que
también se ocupó de las muchas violaciones de
derechos humanos cometidas contra los pueblos indígenas,
fue publicado el informe anual de Rodolfo Stavenhagen, encargado
especial de las Naciones Unidas para los asuntos
indígenas. El informe de Stavenhagen denuncia el genocidio
cometido por pequeños pasos contra los pueblos
indígenas, "las ejecuciones extra-judiciales, las
desapariciones, la tortura y las detenciones arbitrarias",
frecuentemente actuadas durante las actividades de defensa de las
comunidades y organizaciones indígenas del propio
territorio y de los propios recursos naturales." En informe
indica al Guatemala como al país con la mayor incidencia
de violaciones e individua como causa principal de las
violaciones el intento de las empresas transnacionales de
asegurarse el control sobre los yacimientos de petróleo y
de gas, sobre los recursos hídricos y mineros.
Las denuncias de Stavenhagen, por precisas que sean, se olvidan
pero de mencionar a la que podríamos llamar "la madre de
todas las violaciones", o sea, la imposición de un modelo
cultural único y global y de su modelo económico
que con sus valores de fondo resulta del todo extraño a
los pueblos indígenas. De hecho, la declaración
final de la cumbre de Iximché comienza con la denuncia de
la moderna colonización, actuada hoy en día a
través de la "imposición de políticas neo
liberales, llamadas de globalización, que continúan
llevando al despojo y saqueo de nuestros territorios,
apoderándose de todos los espacios y medios de vida de los
pueblos indígenas, causando la degradación de la
Madre Naturaleza, la pobreza y migración." Aunque haya
instituciones que deberían vigilar sobre las violaciones
de los derechos humanos, éstas son de poca o ninguna
ayuda. Baste con recordar "la poca voluntad de las Naciones
Unidas en viabilizar la Declaración de los Derechos de los
Pueblos Indígenas", a pesar de los 20 años de
debate sobre la declaración. Las situación es
grave, y la declaración de Iximché no falta de
mencionar "a las instituciones financieras internacionales y los
gobiernos (con) sus políticas de promoción de las
concesiones (mineras, petroleras, forestales, gasiferas y de
agua) de territorio indígenas para las industrias
extractivas", ni a la "actitud intolerante de los gobiernos de
los Estados-nación que no reconocen los derechos de los
pueblos indígenas, en particular a los que no han
ratificado ni garantizan la aplicación del Convenio 169 de
la OIT" y que se oponen a los derechos indígenas con la
"militarización de los territorios indígenas y la
criminalización de las luchas indígenas y
movimientos sociales". Una condena particular va a "las
políticas del presidente Bush y del gobierno de Estados
Unidos expresadas en la exclusión demostrada con la
construcción del muro en la frontera con México
mientras por otro lado trata de apropiarse de los bienes comunes
de la Madre Naturaleza de todos los pueblos del Abya Yala,
implementando planes y acciones expansionistas y
guerreristas."
Para contrastar las masivas violaciones de sus derechos, los
pueblos indígenas reunidos en Iximché decidieron
consolidar el proceso de organización y de lucha, gracias
también a la constitución de una Coordinadora
continental de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas del
Abya Yala, "como espacio permanente de enlace e intercambio",
para enfrentar juntos las políticas de
globalización neo liberal y defender mejor a la madre
tierra, al territorio, al agua y "todo el patrimonio natural". La
actividad de lucha deberá ser acompañada por un
trabajo diplomático para defender y garantizar los
derechos de los pueblos indígenas y obtener la
legalización de la planta de coca. La cumbre en fin
deliberó la convocación de la Cumbre continental de
Mujeres indígenas del Abya Yala y la convocación,
para el 12 de octubre de la Marcha continental de los Pueblos
Indígenas "para salvar a la Madre Naturaleza de los
desastres que está provocando el capitalismo, y que se
manifiesta en el calentamiento global." Pues ya ha llegado la
hora de pasar de la resistencia al poder.
Declaración de Iximché: www.movimientos.org/enlacei/cumbre-abyayala/show_text.php3?key=9622.